Empalamiento; las violencias en contra de las mujeres parecen no tener límite
Es inadmisible que una práctica tan denigrante como el empalamiento, un método de postura y ejecución donde la víctima es atravesada por una estaca, se ejecute en pleno siglo XXI y en una ciudad capital. Rosa Elvira Cely, la mujer que fue hallada en el Parque Nacional de Bogotá, fue una víctima de este castigo que data del siglo VI antes de Cristo. Y no sabemos que es peor, si la ejecución de un crimen de tal magnitud o la indiferencia de los medios de comunicación que poco o nada lo divulgaron.
El empalamiento no es solo una práctica dolorosa por lo que significa el sufrimiento físico superficial sino una práctica inhumana que deshonra y mata a cualquier ser humano sin que su corazón deje de latir. Rosa Elvira fue atacada una madrugada y cuatro días después murió; duró 96 horas agonizando.
Es un hecho atroz que merece toda la atención de la sociedad y en especial de las autoridades. La Casa de la Mujer insta al Estado colombiano a que realice un seguimiento eficaz a este crimen y reclama a los medios de comunicación su labor social y responsabilidad frente a la visibilización de la violación de los derechos humanos. No podemos permitir que este feminicidio se convierta en un archivo más, en un caso sin resolver, que pase el tiempo y nos olvidemos del sufrimiento de una mujer de 35 años que pidió ayuda y sólo casi 7 horas después la recibió.
Si dejamos esta violencia en el olvido y no EXIGIMOS justicia, estaremos aceptando que simplemente “estas cosas pasan”, resignándonos a que las violencias en contra de las mujeres en vez de acabar, renazcan cada día y en formas más aberrantes.