Periodismo y género, más investigación
Ponencia de Sandra Mallo, periodista boliviana. Apartes de su intervención:
“El objetivo loable, por cierto, según la invitación, es iniciar la sensibilización a los periodistas, especialmente a las mujeres periodistas, para comenzar un proceso de inclusión de la perspectiva de género en el tratamiento de la información, particularmente durante periodos electorales.
El 28 de noviembre de 2009 en un seminario organizado en el Perú por la agencia de noticias Inter Press Service (IPS), el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem), asociaciones de comunicadores sociales y de periodistas, y donde participaban representantes de organismos internacionales, de Naciones Unidas y de la CAN, entre otros, la declaración pública de una viceministra peruana provocó más de un titular de prensa en el país vecino.
Se trataba de la viceministra de la Mujer de Perú, Norma Añaños, que en medio de la jornada inaugural del seminario denominado “Mujeres trabajando, mujeres liderando” dijo al auditorio, plagado de participantes y periodistas, que «la prensa cambiará cuando deje de informar sólo en masculino”.
Aquel fuerte reproche a la prensa de su país lo hizo en especial referencia el modo en que informaron los medios de comunicación peruanos sobre los 116 feminicidios, como se les llama a los asesinatos de mujeres por razones de género, perpetrados entre enero y octubre de 2009 en Perú por las parejas de las víctimas, en la mayoría de casos en espacios íntimos.
«Casi todos esos asesinatos fueron noticias de las secciones policiales, lo que de por sí es una forma de discriminación», aseguró aquella autoridad. «Parece que para la prensa las mujeres son importantes y van a la primera plana cuando las matan. Eso debe cambiar», dijo la viceministra peruana.
Y por qué empiezo con una mención de este tipo mi intervención… no sólo por existir un periodismo con ausencia de enfoque de género en prácticamente toda la región latinoamericana sino porque Bolivia no se constituye en la excepción.
Las mujeres llegan a las tapas de los periódicos o a los noticieros de radio y televisión en Bolivia en dos circunstancias particulares, por lo general: la mayoría o cuando están muertas víctimas de violencia doméstica o sexual, o como parte de la espectacularización, el sensacionalismo y el mercantilismo que hoy en día se hace de la imagen de las mujeres. Recuerdo a un editor de un periódico donde trabajé que sin sonrojarse dijo un día, en una reunión de editores, que un trasero y dos buenas “lolas” venden más que un titular que diga que Bolivia es el 4to país en el mundo de mayor incidencia del cáncer de cuello uterino. Y yo que creía que “malas noticias eran buenas noticias”. Y en el menor de los casos y en porcentajes bajísimos, bajo la excepción de la regla, las mujeres hacen noticia cuando “lo extraordinario” es que ocupe un cargo público relevante o es parte de un emprendimiento singular.
Según el monitoreo electoral de Bolivia Transparente, el tema género formó parte de la información programática. Del promedio de la cobertura total alcanzada por este tipo de información en todos los medios, (10,16%), los temas de género tuvieron apenas el 5,90% y sólo en prensa escrita.
Y aunque Bolivia Transparente señala que los medios de prensa fueron los únicos que dieron cobertura a los temas de género y que dentro de este tema, el subtema de los derechos sexuales y reproductivos fue el que logró mayor cobertura, con un 77,60%, y que en orden de importancia le siguió no violencia contra la mujer con un 14,93% y finalmente participación política de la mujer con un 7,47%, esta organización apuntó que en la campaña no se habló de los derechos económicos, sociales y culturales.
Añadimos que efectivamente en la campaña electoral de diciembre de 2009 en Bolivia hubo quizá un listado de temas ausentes de la discusión electoral y de la propuesta programática de los partidos, respecto del tema género, y sobre los cuales tampoco los medios preguntaron o indagaron. Eso significa que no podemos pretender que los medios masivos se ocupen de la temática cuando en la estructura política social y cultural de las organizaciones políticas el tema de género no generó propuestas.
En ese sentido, no se habló de la feminización del desempleo. En Bolivia, según el CEDLA, se da un preocupante desempleo en particular de la población femenina y aquello no es motivo de investigación de prácticamente nadie.
Otro. La situación laboral o calidad del empleo de las mujeres: se tiene en Bolivia miles de maquiladoras (maquila) donde las mujeres son la mayoría de las empleadas pero se conoce por reportes oficiales y extraoficiales que éstas no están inscritas a los fondos de pensiones, cuentan con horarios extenuantes de trabajo, están fuera de la seguridad social, entre otras violaciones a sus derechos. El trabajo en el campo, la semiexclavitud de mujeres indígenas y las migraciones obligadas de mujeres campo-ciudad tampoco fueron motivo de análisis/propuesta electoral.
Ningún candidato ni medio mencionó particularmente las migraciones de mujeres, madres, hijas, hermanas y las secuelas del abandono y de las nuevas responsabilidades sociales de las mujeres en ese contexto, las repercusiones, el impacto y las consecuencias no sólo económicas sino sociales y psicosociales en las generaciones futuras de bolivianos.
De la pobreza, que en definitiva es diferente entre hombres y mujeres en Bolivia no se habló. Estuvo ausente el debate sobre esa pobreza que afecta más a las mujeres que a los hombres y que se caracteriza por discriminación por género en la educación, en particular, y en otros como el empleo. En la actualidad, por ejemplo, aún hay comunidades rurales y en zonas periféricas urbanas bolivianas donde las mujeres no acceden a la educación o deben abandonar la primaria por el hecho de ser mujeres. Esto disminuyó dicen los indicadores oficiales de acceso y permanencia en la primaria debido a la entrega del bono gubernamental Juancito Pinto de incentivo a la educación primaria, empero se conocen datos testimoniales donde los padres envían a las niñas por el dinero no porque sea un derecho. Se conoce que el bono de 250 bolivianos, además, no es directamente utilizado para mejorar las condiciones de las niñas sino para la subsistencia familiar, en el mejor de los casos.
Sobre la desigualdad económica entre hombres y mujeres. Aún en Bolivia existen salarios diferenciados, por ejemplo.
La trilogía mujer, pobre e indígena/campesina es una trilogía perversa de la pobreza debido a que se considera la población con mayor discriminación en todo sentido, incluida su participación política. Un ejemplo puntual, en todas las circunscripciones indígenas especiales los candidatos elegidos por usos y costumbres (asambleas) son hombres y no mujeres. En el campo, en los sindicatos agrarios, en las organizaciones sociales de colonizadores, cocaleros se conoce que las mujeres se autopostergan por la discriminación que sufren por la mayoría masculina. El propio presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, confesaba en la posesión del nuevo gabinete de ministros –donde por cierto, por primera vez, se manifestó la presencia en un 50 por ciento de mujeres indígenas, profesionales y de clase media- que él había sido testigo cómo las mujeres eran discriminadas por las federaciones de cocaleros del Chapare a la hora de elegirlas para cargos ejecutivos de las organizaciones y que cada vez que él salía en defensa del derecho de las mujeres cocaleras a participar sus compañeros lo llamaban “cuida polleras”.
Sobre la muerte materna no sólo vinculada a la maternidad sino a otras causas como el cáncer, las enfermedades renales y otros.
Sobre mujeres afectadas por conflictos (casos Pando, Sucre y otros) y abandonadas por las instancias gubernamentales.
Y es que la definición de la agenda mediática se hace en función de los intereses mercantiles de las empresas de medios de comunicación, a partir de conveniencias políticas o desde supuestos, es decir, de lo que se suponen los medios de comunicación quieren los públicos.
Y es esa agenda de los medios masivos la que influye en la sociedad, toma en cuenta a conveniencia a los actores sociales, políticos y económicos, impone temas y soslaya otros, establece o difumina contextos, promueve o retira actores del escenario mediático, donde además la concentración mediática incrementa el poder de la agenda comunicacional, ya sea de los medios que están al servicio del gobierno/Estado o aquellos que son parte de consorcios empresariales privados.
En el análisis es importante hacer una división necesaria. Una cosa son los temas que han sido invisibilizados en tiempo electoral y que afectaban a las mujeres en general y otro son aquellos temas que promueven la participación de las mujeres en la política boliviana.
En este último contexto, hay prácticamente un listado de temas que están ausentes de la agenda de los medios y que la prensa no aborda sobre las mujeres y la política en tiempo electoral y no electoral. La participación de las mujeres en la política no puede reducirse a sólo tiempo electoral, por ello la prensa debiera realizar un sustancial aporte al fortalecimiento del sistema de Partidos Políticos y en la ampliación de la participación efectiva e inclusiva de la mujer en el escenario poítico.
En ese listado de temas no visibles están:
– La inclusión de la mujer en la estructura partidaria. Los medios no se ocupan de indagar sobre lo que aún se constituye en patrimonio de los hombres como son las estructuras partidarias de los partidos políticas.
– Para las mujeres en política es más que complicado costear sus campañas políticas. El costeo de campañas se constituye en un obstáculo para las mujeres y ese no es tema de preocupación para la prensa. Si los medios investigarán encontrarían sorpresas como mujeres discriminadas por no tener recursos, que su participación política suele medirse por la capacidad de la billetera, relegando a las mujeres a la postergación en el liderazgo político.
– Nadie sabe e indaga sobre la política de selección de candidatas, qué de la democratización interna y qué rol juegan en ello las mujeres.
– No se informa sobre las deficiencias o fortalezas en la generación de capacidades políticas de las mujeres.
– No se ha dicho nada de la agenda pendiente del tema género en los estatutos autonómicos de las cuatro primeras regiones autonómicas en el país.
– La reconfiguración del sistema de partidos, desde la perspectiva de género.
– Las reformas políticas en el proyecto de nueva Constitución Política del Estado y la inclusión de las mujeres en la agenda de más de 100 leyes que serán planteadas.
– La transformación institucional de la representación política.
– La territorialización de la política y su impacto en la participación de la mujer.
– Cultura política en las comunidades rurales campesinas e indígenas y en sindicatos, como actores del segundo circuito de la Representación política. ¿Qué del Chachawarmi?
– ¿Cuánto influye la educación y la estabilidad e independencia económica para lograr una mayor participación de las mujeres en política? y su influencia en la construcción de nuevos liderazgos de las mujeres en política.
Pero además:..
– Los medios no reflejan cómo votan las mujeres o por qué no votan.
– Cuántas mujeres aún no cuentan con documentos de identidad, cuál es la situación de los derechos de ciudadanía de las mujeres.
– Cuáles son las tendencias políticas de las mujeres. Cómo han evolucionado. Cómo fue la participación histórica de las mujeres y cuál fue su aporte.
– Qué les preocupa a las mujeres respecto de la política.
La agenda constituyente con los conflictos incluidos invisibilizaron las acciones de las mujeres en los medios, no hubo política editorial y si no habría existido la columna de opinión “Mujeres escribiendo la historia” de la Coordinadora de la Mujer no se habrían reflejado las demandas de género.
¿Y es que acaso las mujeres no hicieron noticia política en la Asamblea Cosntituyente? No fue acaso un enorme logro el hecho de que las mujeres se constituyeran en defensoras firmes de los más de 100 artículos que constitucionalizan los más fundamentales derechos humanos.
Lo propio sucedió con las acciones de la Coordinadora de la Mujer y sus varias organizaciones afiliadas que junto a otras iniciativas como del Foro Político y otras lucharon hasta el último minuto para la incorporación en la Ley del Régimen Transitorio Electoral la paridad y la alternancia como mecanismos que garanticen la presencia y participación de las mujeres en las elecciones para miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional. La ironía fue que al día siguiente de la aprobación de la ley, cuando se patentizada el logro de las mujeres, ningún medio reflejó con importancia siquiera relativa aquello.
Se debería reflexionar sobre cómo afrontar la falta de voluntad política y de implementación de políticas públicas que asuman el papel y la responsabilidad de los medios como instituciones de socialización, por eso es necesario aplicar y crear políticas informativas que orienten el tratamiento no sexista de la información, y vincular el enfoque de género con la ética periodística, con las rutinas productivas de la información y comunicación.
En el contexto boliviano cabe también la crítica reflexiva respecto de la automarginación de las mujeres del ámbito político ya sea por una subvaloración, por cultura, por educación, por prejuicios, por la ausencia en la generación de capacidades, o por la debilidad del sistema político partidario y un largo etcétera.
En ese sentido, no es del todo responsabilidad de los medios masivos el hecho que las mujeres no sean sujetos de noticia e información, es también responsabilidad de la sociedad, sus estructuras, sus organizaciones formales e informales.
Y aunque le reclamamos a los medios masivos que no se hayan tomado la molestia de analizar las causas y las consecuencias, por ejemplo, de el por qué tan pocas mujeres son candidatas a Alcaldías y/o Gobernaciones para las elecciones departamentales y locales de abril de 2010, se debería cuestionar a las mujeres su propio rol en la política, así como a las organizaciones políticas”.
http://periodistasdeinvestigacion.ning.com/forum/topics/periodismo-y-genero-mas