Segunda Cumbre de Mujeres y Paz
Durante los días 19, 20 y 21 del presente mes, 500 mujeres trabajarán en Bogotá en la II Cumbre Nacional de Mujeres y Paz por una pedagogía que les permita llevar a sus territorios la labor a cumplir ante los acuerdos negociados en La Habana entre el gobierno y las Farc y que serán firmados el próximo 26 de septiembre en Cartagena.
La primera foto donde aparecían solo negociadores varones, generó preocupación entre diferentes lideresas, lo que motivó la alianza entre organizaciones, redes y plataformas de mujeres, creada en 2013, tal como lo expresó Marina Gallego Directora Nacional de la Ruta Pacífica.
Dicha alianza promovió la primera Cumbre, que legitimó las propuestas que se llevaron a Cuba y al trabajo de incidencia entre el gobierno, las Farc e instancias internacionales participantes en la negociación.
La primera versión de la Cumbre Nacional de Mujeres concertó “dar respaldo a la Mesa de Conversaciones entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP y exigir a las partes no levantarse hasta lograr un acuerdo e insistir, que para que el proceso fuera integral, debía contar con la presencia y participación de las mujeres en todas sus etapas, incluyendo la Mesa de Conversaciones de La Habana”
Así mismo, asegura el documento informativo sobre la Cumbre, que las mujeres exigían “incidir para ser incluidas en la agenda de las conversaciones, de las propuestas de las mujeres y su derecho a la verdad, justicia y reparación y la garantía de no repetición de los hechos”.
Luego de esta primera Cumbre, la alianza promovió la creación de la Subcomisión de Género, espacio que permitió que todos los Acuerdos incluyeran la perspectiva de las mujeres desde el ejercicio de sus derechos.
“Los Acuerdos son una oportunidad para hacer democracia y reconocer a las víctimas”, afirmó Catalina Díaz, Directora de Justicia Transicional del Ministerio de Justicia; para ella, “la guerra refuerza estereotipos”.
En la Cumbre participan representantes de 29 de los 32 departamentos de Colombia, mujeres afro, indígenas, rom, campesinas, profesionales, excombatientes de la insurgencia, artistas, católicas, cristianas, periodistas, es decir, la diversidad de mujeres comprometida con el posconflicto.
“Las mujeres no queremos ser pactadas sino pactantes”, fue el eslogan que las actoras del proceso de inclusión de los derechos de las mujeres en los Acuerdos, mantuvieron desde sus inicios.
En esta II Cumbre Nacional de Mujeres y Paz, las participantes pretenden adentrarse en las oportunidades y desafíos para fortalecer su accionar político en el proceso de refrendación, verificación e implementación del Acuerdo Final.